Wednesday 6 de July 2022
La formación de espumas y de burbujas son un proceso por el cual pequeñas cantidades de gas quedan retenidas en un líquido o un sólido. El origen de estas es muy diverso, pudiendo ser debido a fermentaciones o a agitación, entre otros fenómenos.
Tanto la espuma como las burbujas pueden ser muy apreciadas en algunos sectores y no tan bienvenidas en otros. Por ejemplo, en el sector del cava, la formación de burbujas es producida por fermentación y son fundamentales. A través de estas, de su forma, su duración en el tiempo o su tamaño, se puede determinar la calidad del producto. Las burbujas de pequeño tamaño, persistentes y encadenadas, son muy valiosas y le confieren gran calidad al cava.
En el sector de las emulsiones ocurre al contrario con estos fenómenos, burbujas y espumas no son bienvenidas. Estas se generan como consecuencia de la agitación durante el proceso productivo y con el uso de tensoactivos durante la reacción.
Para evitar la formación de espuma y burbujas, se utilizan unas sustancias conocidas como antiespumantes. Estos antiespumantes tienen la función principal de evitar y eliminar la formación de burbujas de aire en las emulsiones poliméricas, que dan lugar a las burbujas y espumas.
Este aire atrapado puede causar defectos en las aplicaciones finales, en las que se usan las emulsiones como materia prima, cómo son las pinturas, barnices o revestimientos. Por este motivo, es fundamental la correcta elección de antiespumantes en nuestro proceso productivo. Entre algunos de los parámetros a tener en cuenta, se encuentran las consideraciones legislativas, como puede ser el contacto con alimentos de las aplicaciones finales, el que tengan bajas cantidades de compuestos orgánicos volátiles, etc.
Por esto, en IQLIT, estamos en contacto con las necesidades de nuestros clientes, para poder adaptar cada uno de los componentes de nuestras emulsiones y mejorar así nuestros productos.